La Galería Heinrich Ehrhardt presenta la cuarta exposición individual de Secundino Hernández. Bajo el título Lupis Ipsum y utilizando como punto de partida El Apostolado de El Greco, sus rostros alucinados, su espíritu en combustión y su alma enajenada, su nuevo temperamento pictórico y su transgresora y pionera pincelada en la que la mancha se convierte en forma, Secundino Hernández abre una nueva veta en su pintura.

Más allá de una influencia estrictamente formal, El Greco siempre ha constituido una referencia ineludible en su trabajo. Pero Secundino Hernández no es un pintor a la manera de, y su referencia debería ser por tanto interpretada desde un punto de vista histórico, aquel que construye la leyenda pictórica, aquel sobre el que se erige una figura emblemática y su imborrable huella en el imaginario colectivo. La reflexión sobre el hecho pictórico ha tenido en vilo a Secundino Hernández durante muchos momentos decisivos a lo largo de su carrera y la alusión a El Greco ha significado a la vez un respiro y un reto