Galería Ehrhardt Flórez

Exposiciones

  • Julia Spínola

Cambio de uso

18/11/2023 - 16/01/2024
Julia Spínola, Cambio de uso (2023), vista general
Julia Spínola, Persona (2023), malla metálica, tejido de fibra de vidrio, resina acrílica, epoxy y acuarela, 177 x 440 x 93 cm
Julia Spínola, Persona (2023), malla metálica, tejido de fibra de vidrio, resina acrílica, epoxy y acuarela, 177 x 440 x 93 cm
Julia Spínola, Persona (2023), detalle
Julia Spínola, Cambio de uso (2023), cartón, resina, esmalte acrílico y acero, 2 piezas, 77 x 410 x 38,5 cm
Julia Spínola, Cambio de uso (2023), detalle
Julia Spínola, Rojamente (2023), serigrafías sobre pared, medidas y colores variables
Julia Spínola, Cambio de uso (2023), vista general
Julia Spínola, Cajas #1 (2023), 2 cajas de cartón y resina acrílica, 26 x 76 x 15 cm
Julia Spínola, Cajas #2 (2023), 3 cajas de cartón y resina acrílica, 26 x 286 x 15 cm
Julia Spínola, Cambio de uso (2023), vista general
Julia Spínola, Zuhur #1, 2023, cuenco, lámina de acetato, pelota, bolsa, velo de fibra de vidrio, epoxy, caja de cartón y resina acrílica, 34 x 46 x 21 cm
Julia Spínola, Zuhur #2, 2023, cuenco, lámina de acetato, pelota, bolsa, velo de fibra de vidrio, epoxy, caja de cartón y resina acrílica, 71 x 50 x 41 cm
Julia Spínola, Zuhur #3, 2023, cuenco, lámina de acetato, pelota, bolsa, velo de fibra de vidrio, epoxy, caja de cartón y resina acrílica, 50 x 60 x 22 cm

La Galería Ehrhardt Flórez presenta “Cambio de uso”, la cuarta exposición de Julia Spínola en la galería. La muestra se compone de nuevos trabajos pertenecientes a posibles tipologías que dibujan, con límites indefinidos, distintas aproximaciones a la práctica escultórica.
Descubrir e investigar sobre cómo se hacen las cosas, los procesos de copia y los procedimientos materiales de la escultura impulsan las nuevas rutinas del trabajo de Spínola. Su obra, a pesar de articularse en base a lo fragmentado, lo quebrado y lo discontinuo, basada incluso en ejercicios de tabula rasa que hacen olvidar conscientemente lo aprendido anteriormente, propone un cierto sistema escultórico.
Nombrar y llenar las cosas de significados, contemplar esas cosas como recipientes, bolsas o cajas dispuestas y previstas para cargarse de imágenes y lecturas, conforma una metodología de trabajo que en Spínola recorre la palabra, la reflexión conceptual y fundamentalmente lo material y lo manual.

Por un lado, en “Cambio de uso” se presenta una instalación compuesta de varios cilindros de malla cubiertos de resina que parecen encapsular parte del aire que queda en su interior. Siendo piezas abiertas y huecas, cerradas por los extremos, se cubren mediante sucesivas pieles, cada una de ellas con su propio procedimiento y herramientas, que hacen mutar la pieza de lo maleable a lo rígido, de lo invisible a lo visible. Estas obras de Julia Spínola no son fijas. No lo son como imágenes (el aturdimiento del ojo genera una visión difusa) ni lo son como objetos. Repiten unos patrones que en su imaginario devuelven una versión material de lo escultórico. Se trata del recuerdo y el olvido, del saber y el no saber, de una manera de hacer en la que el apoyo y el “estar” de las piezas constituye los fundamentos de su práctica.

Por otro lado, la muestra continúa con otras dos piezas ancladas a la pared ordenadas en una secuencia de varias cajas de cartón. Se trata de una obra y su réplica a mayor escala. Sirviéndose del color y la copia, Spínola plantea un conflicto entre escala, material, acabado y percepción. La factura de la obra, su textura material y sus cualidades en relación con el peso y la consistencia no pertenecen únicamente al campo de los materiales sino al campo de la percepción. Las cosas son y simulan ser.

En esta serie de obras, el cambio de escala, la persona y la copia adquieren una relevancia muy notable. Los grupos de cajas se refieren a uno mismo, a cierta idea de persona. A como afecta la escala al espectador. Las dos piezas, una y su copia, establecen un doble juego de relaciones: entre ellas y entre ellas y la persona, que es aquí medida. Física, especulativa y real.

También en el espacio principal de la galería hay dos serigrafías impresas sobre la pared que, como dos salpicaduras en color negro, actúan como puntuación dentro de la exposición. Activan la muestra mediante un guiño, un golpe, una pequeña explosión o un gesto, que alude al campo de lo óptico y también de lo representativo, a un timbre más agudo, chillón y vibrante que contrasta con el otro tono grave y seco más general de la exposición.

Mientras que la serie de las cajas continúa en la sala siguiente, en otro de los espacios de la galería se reúnen tres obras de una nueva serie inédita hasta el momento. Pelotas de plástico medio deshinchadas sobre las que se ha ejercido materialmente una presión de manera que todo el aire se acumula en su parte superior. El aire llena ese volumen y convierte la superficie de la pelota en algo terso y pleno que emerge entre unos anillos o velos de plástico. Hay aquí un deseo de color y una intención a la hora de dejar visibles todos los elementos propios de la circulación e historia socioeconómica del objeto utilizado: código de barras, etiquetas o fabricación.

En definitiva podríamos decir que las cualidades más ricas de cierta idea de abstracción, y cierta idea de lo común, articulan una manera de entender la escultura. A pesar de, o como causa de ese tartamudeo incesante que se produce en la obra de Spínola, las cosas aparecen y desaparecen, están y no están y se hacen visibles como cuerpo o como idea. En lo discontinuo de su trabajo, se atisba una corriente que anuda ritmos, imágenes y desplazamientos. Lo particular y lo dislocado, como funcionamiento singular de cada obra, participa de una experiencia de lo común donde el trabajo siempre está disponible a una relación con nuestro presente colectivo.

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