La Galería Heinrich Ehrhardt presenta, bajo el título Touching Hands with Body, la quinta exposición individual en Madrid del artista Thilo Heinzmann (1969). Pese a que su obra, centrada fundamentalmente en el campo de la pintura, se ha desarrollado desde principios de la década de los noventa en base a la utilización de diversas técnicas desarrolladas por él mismo, y distintos materiales exclusivos, dando paso a diferentes tipos de obra, en esta ocasión la muestra se concentra en una reciente serie de pigmentos sobre lienzo.

La exposición se plantea como una sucesión de tensiones y equilibrios en la que la composición y la forma no se pueden leer bajo cánones convencionales sino a través de fórmulas en las que predomina lo emotivo y lo sensorial. Uno de los aspectos fundamentales de la obra de Heinzmann es el proceso bajo el cual, como afirma Michael Bracewell en uno de los textos que acompañan el nuevo catálogo publicado por la editorial Hatje Cantz sobre su obra, se producen “dicotomías entre el blanco y el negro, la velocidad y la quietud, la difusión y la explosión, resueltas a través de la pintura en una relación trans-sensorial entre la textura y la forma”. Todos estos aspectos están presentes de manera muy elocuente en la actual exposición. Eso si, no todo es lo que parece a primera vista: ahora, los negros y los blancos se convierten en distintas gamas tonales que difuminadas acaban arrastrando a los colores predominantes hacia ricos abanicos cromáticos; la velocidad del gesto, mediante deslizamientos y zarpazos, deposita el pigmento sobre las impolutas superficies de los lienzos generando al mismo tiempo suspensión y movimiento; y lo visual da paso a lo táctil.