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Exposiciones
- Mauro Cerqueira
Dripping wax
18/11/2017 - 28/12/2017
El trabajo de Mauro Cerqueira ha tenido una estrecha relación con el contexto sociológico en el que se generaba. Viviendo durante los últimos años en una de las calles más emblemáticas y antiguas de la ciudad de Oporto, su obra se fue desarrollando en permanente conexión con las vicisitudes del barrio y la vecindad. De esta forma y a través de trueques e intercambios, sus piezas, orientadas habitualmente hacia la instalación y la escultura, iban articulándose en función de objetos encontrados, historias personales, vecinos e iconografía popular propia de la historia original de la ciudad y la calle donde fundamentalmente trabajaba.
Oporto ha ido sufriendo un feroz proceso de gentrificación que ha convertido la ciudad y sus áreas y barrios más deprimidos, en los que precisamente trabajaba Cerqueira, en nuevas zonas de ocio aburguesadas de las que se han expulsado violentamente a todos aquellos vecinos que permanecían en sus viviendas o en las ruinas en las que muchas de ellas se habían convertido. Así, las fuentes conceptuales y sociológicas, el trato popular con la gente original del barrio e incluso la vertiente estética que de estas cuestiones derivaba, el uso a veces fortuito y otras consciente de objetos intercambiados con otros vecinos, ha desaparecido drástica y forzadamente del imaginario visual de Cerqueira.
En esta tercera exposición en la Galería Heinrich Ehrhardt, el artista sustituye sus referencias más conocidas por un universo más subjetivo. El contexto es sustituido por el individuo. Se trata de una propuesta mucho más introspectiva en la que tanto por sus influencias como por sus métodos de trabajo las obras se aproximan con mayor densidad hacia las cuestiones propias del individuo.
La idea del espejo y la aparición del sujeto y su reflejo recorre ahora cada una de sus intervenciones. La exposición está formada por trabajos pertenecientes a sus últimas series. Por un lado las piezas realizadas con cera derretida sobre superficies de espejo y por otro pinturas sobre lienzo.
Los espejos y las ceras se articulan bien como esculturas de suelo modulares o bien como piezas de pared que actúan como pinturas. El proceso de la cera derritiéndose, a veces enriquecida con distintos pigmentos, la lenta cobertura de la superficie, gota a gota, la luz de las velas que utiliza como herramientas de trabajo y los espejos colocados en horizontal durante este procedimiento, construyen un escenario reflexivo y pseudo espiritual que confiere a las piezas un dramatismo inédito en su anterior producción. Estas obras suponen también un verdadero contrapunto frente a la producción de la pintura sobre lienzo cuya ferocidad e inmediatez remite a sus inicios como artista, momento en el cual, el punk, lo perfomativo, el trazo asalvajado, la pintura defectuosa, los fanzines y la contracultura construyeron parte de su ideario.
Sin ser una propuesta psicoanalista, la utilización del espejo, la aparición de la idea del yo y del sujeto, y al mismo tiempo, la visión del propio espectador reflejado en las obras que muchas veces quedan desprovistas de la masa de cera mediante rasgados que dejan al descubierto el propio espejo, configura una percepción de la imagen que va más allá de la mera construcción estética sin perder de vista la forma de la propia obra. Siempre ha sido así en el trabajo de Mauro Cerqueira, que se compromete con una lectura sociológica, política e histórica sin abandonar la virtud poética y estética que ahora alentan la intrínseca belleza de sus nuevos trabajos.