Se encuentra entre los artistas contemporáneos alemanes más destacados.
André Butzer pinta cuadrículas de colores brillantes, paisajes cósmicos intensamente negros y figuras inocentes monumentales de grandes ojos y guantes blancos. Si bien es un pintor explícitamente expresionista, la amplitud de la obra de Butzer revela una enorme evolución en prácticamente todos los aspectos de su oficio: estilo, medio, composición y tema. El acto de pintar de Butzer está indisolublemente ligado a la experiencia (la vida, la muerte, la sociedad de consumo o el entretenimiento de masas), hasta el punto de que uno se convierte en un autorreflejo del otro en un paradigma cíclico aparentemente interminable. Sus obras hablan no sólo de su Nasaheim onírico (una combinación de NASA y Anaheim), sino también de la política y la historia que crearon estas fantasías. Lo que él llama “expresionismo de ciencia ficción” está influenciado por lo que vino antes: el pasado siempre nos lleva al presente y al futuro de la pintura.

Con influencias pictóricas tan variadas como Paul Cézanne, Edvard Munch, Henri Matisse o Walt Disney; Butzer ha desarrollado un universo ficticio único.